A.- Algunas situaciones de discriminación entre los alumnos.
En el quehacer educativo, es frecuente observar actitudes diversas en la relación entre niños, que podríamos considerarlas como formas de discriminación, y como docentes podemos evitar que afecte su desarrollo emocional.
Se puede citar los siguientes casos:
1.- Procedencia de la zona serrana (discriminación étnica), ocurre cuando el migrante al expresar sus ideas emplea vocablos y el acento del quechuohablante, recibe burlas de sus compañeros. Así, “el niño nuevo”, empieza a sentir temor de hablar libremente ante los demás. Pero, al realizar dinámicas en grupos, deportivas en el Área de Educación Física y actividades en el taller de cómputo, el niño logra integrarse al grupo del aula sin rechazos.
2.- Color de la piel (discriminación racial), ocurre cuando los niños del aula llaman por apodos o sobrenombres a otro aludiendo el color de su piel (morena o blanca). Esta situación incómoda, provoca reacciones diversas, en algunos casos hostiles y en otros humillantes. También se supera en las actividades dinámicas, donde todos buscan el logro de objetivo de grupo sin distinciones.
3.-Diferencia de géneros (discriminación de género), ocurre cuando prefieren formar grupos del mismo sexo, también cuando consideran un insulto que lo llamen en apelativos femeninos, siendo varones o viceversa. Esto provoca reacciones de agresividad.
C. Investigamos las posibles causas de la situación.
1.- CARACTERÍSTICAS PSICOLÓGICAS.
Conoceremos primero las características psicológicas que se presentan normalmente en los niños y niñas de 9 a 10 años de edad:
-Es excesivamente ambicioso en sus exigencias consigo mismo, quiere destacar y
agradar a los demás. Puede llevarle a subestimarse y perder la confianza en sí mismo y autocriticarse.
En general, tiene muchos intereses: trabajo escolar, lograr éxito en cualquier tarea, el
futuro, la historia, aparatos mecánicos, hacer cosas.
Es impresionable y explosivo pero también razonable. Llora solamente cuando se siente abrumado por sus emociones.
Se queja de las injusticias. El dominio del lenguaje le permite expresar sus emociones.
Se muestra orgulloso de sus padres a pesar de que puede enfadarse con ellos.
Ahora, además de disfrutar con el humor, es capaz de aceptar las bromas personales.
Este es un buen momento para enseñar al niño a utilizar el humor para abortar las burlas de los demás.
A los 9 años el niño está interesado por los detalles de sus propios órganos sexuales y por la función que desarrollan; desnudo, ya no se siente cómodo delante de los padres y empieza a evitar ser visto; en los juegos se autoseleccionan niños con niños y niñas con niñas.
Si los grupos son mixtos, los niños bromean sobre el sexo.
2.- DESARROLLO FÍSICO Y MOTOR
En cuanto al desarrollo físico presenta las siguientes características:
Morfológicamente se produce una evolución proporcionada entre distintos segmentos
corporales tanto en longitud como en grosor. El desarrollo en estos períodos podría situarse entre los 10 y 15 cm. para la talla y entre los 9 y 11 Kg. Para el peso.
Alrededor de los 9 años alcanza la maduración nerviosa.
Los movimientos se hacen armónicos, precisos y seguros (progresos en el control motor grueso y fino).
El desarrollo cardiovascular se encuentra en plena evolución, ello debe ser tenido muy en cuenta para el cuidado de los ejercicios físicos de intensidad que pueden provocar taquicardias.
Conviene observar si camina con los hombros caídos para prevenir correctivos, Este defecto tiene un fuerte componente psíquico, se le puede ayudar en su seguridad y reafirmación.
3.- JUEGO Y DEPORTE
Sobre su participación en las actividades recreativas y deportivas, presentan las siguientes características:
Al final de este ciclo es deseable conseguir que el niño practique deportes de equipo
donde aprenda el respeto de las reglas, evite los comportamientos agresivos y desarrolle la educación en el saber perder en los juegos.
El esfuerzo que realice ha de ser proporcional a la resistencia física y no practicar en
inferioridad física, lo cual tendría repercusiones psicológicas.
El esfuerzo, en este período de transición, tiene que ser limitado.
4.- DESARROLLO SOCIAL
El comportamiento social del escolar se guía por sus experiencias en el seno familiar.
Por lo que hemos de cuidar mucho el tipo de interacción educativa (estilo democrático, autoritarismo, permisividad, sobreprotección, etc.).
En el plano referente a la relación entre iguales, el niño de 7 u 8 años juega bien con los compañeros de su edad y de su misma fuerza física.
Los compañeros constituyen, en esta etapa social y escolar por excelencia, los grandes protagonistas.
La vida y el trabajo en grupo experimentan un gran auge, las actividades cooperativas desempeñan un papel trascendental.
La vida en pandilla, los juegos y aventuras con iguales son del máximo interés. Los grupos tienden a ser homogéneos con relación a características excluyentes como el sexo o la edad.
Existe una diferencia significativa que se va marcando considerablemente y es que las niñas son más maduras socialmente que los niños dedicando casi tanto tiempo a hablar como a jugar, cuidan más la elección de ropa y comparten confidencias.
A los niños a esta edad, les encantan los juegos de velocidad, de fuerza y los de pensar (ajedrez, damas, cartas, dominó...).
Acepta con seriedad las reglas y la disciplina que esto le impone. A veces, su miedo a
quedar relegado en el grupo es tal, que a veces esto basta para conseguir que exista un mayor control de su conducta.
No obstante, en algunos casos la agresividad persiste. Si el niño arremete a puñetazos contra sus compañeros y le gustan las peleas, si su razón no puede hacer prever las graves consecuencias de su actitud con los otros y consigo mismo (puesto que su agresividad le excluye del juego) si repetidamente su comportamiento produce como consecuencia el aislamiento en el que le deja el grupo, esto significará que existe algún problema profundo que perturba su afectividad y desarrollo emocional.
5.- En el desarrollo normal del niño también se presentan dificultades que afectan, como:
.1.) Déficit emocional y motivacional.
Los problemas familiares, por desestructuración o por malas relaciones, influyen
notablemente en el desarrollo emocional del niño.
Conviene tener en cuenta si son estos factores u otros los que influyen en la actitud de un niño solitario o impulsivo/agresivo, con ausencia de límite.
Entre esos factores destacamos:
- Actitud despectiva y de menosprecio.
- Los padres autoritarios que enseñan y practican la violencia verbal.
- El perfeccionismo y la exigencia “patológica”.
- El afán por organizar la vida a los demás miembros de la familia e indicarles qué es lo que deben hacer en cada momento.
- Utilizar el chantaje de cualquier tipo para que las conductas de los demás miembros sigan la pauta que marca el “listo” de la familia.
D.- Nuestro quehacer en las aulas:
- Conociendo las características propias de los niños de 9 años, se puede propiciar actividades de integración grupal y de soporte personal si fuera necesario.
- En cuanto a los asuntos de tipo familiar, sólo se puede orientar a la aceptación de las decisiones de adultos. Cuando hay hogares disociados, es importante que el niño se reconozca como producto del amor de sus padres, y que si ocurrieron sucesos que los llevó a separarse es decisión de adultos por tanto los niños no tienen “culpa” de ello. Como docentes, además hemos de desarrollar actividades para superar las dificultades de aprendizaje y apoyar emocionalmente a estos educandos a través, sobre todo, de la tutoría individual.
También emplear recursos didácticos con altas dosis de entusiasmo, para hacer que el alumno se interese hacia temas educativos, escolares o relacionales para que esta mejora repercuta en el nivel académico.
Además, conviene también la distinción entre los problemas que tienen un carácter emocional y los básicamente conductuales.
- Desórdenes emocionales específicos:
Depresión. Es difícil de medir porque los niños no pueden describir bien sus estados
emocionales y la observación implica recoger, no sólo tristeza sino menor energía, culpa, sentimiento de rechazo y autoimagen negativa.
Temores: difieren de la ansiedad por centrarse en un objeto. Suponen una respuesta
emocional desagradable, de agitación o temor, ante la presencia o anticipación de un
objeto o situación específicos.
En estos casos, es necesaria la intervención del profesional específico para superar el problema, que podría ser psiquiatra o psicólogo.
Lic. Ana María MANDAMIENTO SALAZAR.
No hay comentarios:
Publicar un comentario